Los problemas de piel no han sido siempre tan comunes como lo son ahora, la prevalencia de estas enfermedades dermatológicas ha aumentado década tras década a medida que nuestra alimentación ha ido empeorando, mientras que las sociedades con alimentación tradicional. En general, enfermedades de la piel como la dermatosis, la piel de gallina y el acné son debidas a un problema hormonal o a un problema de inflamación sistemática, siendo ambos mediados por la alimentación.
Es probable que muchas de nosotras, para controlar todos estos problemas, utilzas ciertas rutinas de higiene, hidratación y reparación, incluso puede que uses alguna crema con cortisona para la dermatitis o una crema con un antibiótico suave para curar la infección local en los granos. No es una mala estrategia cuidarse la piel de manera local, porque algunos factores como la contaminación o el estrés, que también pueden empeorar nuestra piel, son intrínsecos de la vida urbana. Pero tratarse la piel sin cuidarse la alimentación es como si nos limitáramos a tratar una infección con aspirina para disminuir la fiebre, pero no usáramos antibióticos.

Básicamente, la inflamación sistémica es una forma de decir que nuestro cuerpo va a marchas forzadas, con el sistema inmune estresado, lo cual al final repercute en nuestra piel. Ciertos alimentos resultan ser inflamatorios y otros anti-inflamatorios, pero también tiene que andar con ojo a las intolerancias alimentarias. El tema hormonal en cambio, puede dar lugar a confusión. Ciertamente los distintos hitos hormonales como la pubertad, la menopausia o los ciclos menstruales se asocian con una mayor cantidad de granos, pero estas hormonas no provocan en general problemas en la piel si no se ven amplificadas por otras hormonas relacionadas con la alimentación.

Como el tema es un poco complejo y no todas estarán interesadas en conocer las causas, unos breves consejos nutricionales para evitar el acné y otros problemas de piel:

  • Sobre todo en caso de dermatosis o piel de gallina, comprobad que no tengáis intolerancia o sensibilidad al gluten o a la lactosa. La idea es no comer durante un mes ni leche ni cereales.
  • Alimentos como los probióticos o los ricos en omega-3 son anti-inflamatorios. También lo son algunos alimentos ricos en antioxidantes, como el café o el té verde (ambos a largo plazo) y por supuesto las frutas y las verduras. Por otro lado, es recomendable evitar grasas nocivas que provocan inflamación: las grasas trans y las grasas de semilla (aceite de soja, de colza, de girasol), ricas en omega-6.
  • La leche o la carne roja pueden empeorar los casos de acné severa debido a su influencia en las hormonas andrógenas.
  • Es clave mantener la insulina a raya. Para ello, evitad a toda costa el azúcar y las harinas y pastas refinadas y si no notáis mejoría limitad también las integrales. Lo mejor, de nuevo, son las frutas y verduras.