Parece sencillo no comer a dos carrillos cuando estamos nerviosas o sentimos ansiedad pero quien lo sufre te dirá lo contrario. Para reforzar la voluntad y la motivación que a veces perdemos, la revista Time comparte 5 consejos para evitar comer por ansiedad.
Comer es una solución tipo parche, en el momento calma nuestra ansiedad pero más tarde (a la mañana siguiente sobre la báscula) nos arrepentimos. Hay que evitar ese círculo vicioso para sentirnos bien con nosotras mismas tanto a nivel físico como mental.
1 – Distraerse: se habla mucho del estrés y un reciente estudio finlandés revela que las mujeres padecemos niveles superiores a los hombres en el trabajo. Tenemos mil cosas en la cabeza y llegar a cumplir con todo es agobiante.
Antes de empezar a picar o atacar la caja de bombones, hay que distraerse: llamar a una amiga, enviar mensajes por Twitter, hacer un paréntesis y salir a tomar el aire.
2 – Anota tus momentos de debilidad: recomiendan llevar una agenda donde anotes cuándo surge la ansiedad y la necesidad de comer por hambre emocional. Saberlo te hará ser más consciente del problema y te ayudará a controlarlo. Puede que sea al principio de la jornada, solamente días determinados a causa de alguna clase difícil, etc.
3 – Comer con consciencia: soy de la opinión que todo se aprende. El doctor Edward Abramson, profesor de psicología de la Universidad Estatal de California, enseña a tomar consciencia de los hábitos de comer para evitar que sean automáticos. Se ha comprobado que cuánto más consciente eres, mayor es la fuerza de voluntad.
4 – Hacer ejercicio: todas sabemos los numerosos beneficios de practicar algún deporte o realizar ejercicio físico para nuestra mente. Una vez más, lo recomiendan para relajar y calmar esa ansiedad que nos hace abrir la nevera sin tener hambre. El ejercicio fortalece los poderes ejecutivos del cerebro, controlarse y luchar contra la tentación es más fácil. Yoga, caminar, bicicleta, nadar.
5 – El último consejo es dormir bien y las suficientes horas. La falta de sueño no ayuda nada, la mente es más propensa a la depresión, a la angustia y nuestra fuerza de voluntad se debilita. Estudios sobre el tema afirman que las personas con falta de sueño comen en exceso.