Lo más importante una vez cumplidos los 50, es no querer aparentar menos años, sino llevarlos con elegancia y naturalidad. Lo que sí podemos hacer es mejorar la calidad de la piel, que habrá perdido agua, colágeno, estrógenos y calcio. Para ello, se deben utilizar con frecuencia cremas anti-edad que ataquen los principales problemas de cada piel: arrugas, manchas, flacidez y sequedad son los problemas más comunes a los 50.
El paso número uno para cuidar la piel es la protección solar, que si bien es necesaria a cualquier edad, a partir de los 50 se hace completamente imprescindible, pues la piel es más frágil y fina que antes, y por tanto, más susceptible a la aparición de manchas. Por ello, todos los días se debe aplicar una loción solar en cara, manos y escote.
A estas alturas ya sabemos la importancia de una correcta limpieza diaria de la piel. Se debe empezar con una crema limpiadora que elimine maquillaje y suciedad. La noche es el momento de utilizar cremas untuosas y sérums que traten los principales problemas de cada piel.