Las estrías son franjas o líneas irregulares de la piel que se producen generalmente por el estiramiento de la misma, como consecuencia de un embarazo, obesidad, crecimiento rápido de los niños o la existencia de enfermedades concretas.
Las estrías suelen mostrarse como líneas paralelas inicialmente rojizas, brillantes y delgadas, que posteriormente adquieren la apariencia de una cicatriz, pudiendo presentar una formación de surcos en la piel con una coloración blanquecina. Generalmente aparecen en las mamas, las caderas, los muslos, los glúteos, el abdomen y los costados. También reciben el nombre de estríasgravídicas o marcas de estiramiento.
Otra de las causas de la formación de estrías puede ser una alteración del proceso de formación de colágeno, que es una sustancia que proporciona elasticidad a la piel. En este caso el origen puede ser un medicamento, una enfermedad preexistente (enfermedad de Cushing, síndrome nefrítico, etc.) o el uso excesivo de cremas.
Las estrías gravídicas o marcas de estiramiento suelen borrarse después de desaparecer la causa que las generó, como el embarazo o el crecimiento rápido propio de la pubertad. Aunque no siempre es así y pueden perdurar en el tiempo si no se toman las debidas precauciones.
Así sucede, por ejemplo, en el caso del embarazo en el que es recomendable utilizar cremas específicas para mantener la elasticidad de la piel. Por otra parte, la cafeína, el alcohol, el té y otras sustancias favorecen la aparición de estrías. Por el contrario, los alimentos ricos en vitaminas A, C, D y Zinc pueden ayudar a evitar su aparición.
El último recurso en caso de que las estrías no desaparezcan es acudir a los tratamientos que ofrece la medicina estética, tales como láser, peeling químico o cirugía plástica.