Por qué es importante controlar el peso?

Es cierto que mantener el peso bajo control puede hacerlo lucir mejor, pero es aún mas importante para su salud y esperanza de vida. Tener sobrepaso aumenta el riesgo de desarrollar varias enfermedades graves.

Hoy en día es raro encontrar a una persona que no haya tenido algún tipo de régimen para adelgazar y que, por el contrario, no siga teniendo problemas de peso. Las enfermedades relacionadas con la obesidad (como son la hipertensión, diabetes, artritis y exceso de colesterol, entre otras), se han incrementado a pesar de que la gente se someten a nuevas dietas de adelgazamiento y consumen los productos «light» bajos en grasas, que aparecen cada día en el mercado. Sin embargo, nuestra sociedad sigue engordando.

Existen muchas razones por las cuales una persona puede presentarse problemas de exceso de peso, desde un desequilibrio de las glándulas tiroides y/o suprarrenales, hasta problemas emocionales; pasando por una gran gama de causas como son: retención de líquidos, inactividad física, metabolismo lento, exceso de comida, exceso de acidez en la sangre, y otros.

La mejor forma de obtener un peso adecuado es olvidándonos de las dietas para adelgazar y, por el contario, aprendiendo a comer sanamente. Recordemos que cada célula de nuestro organismo está compuesta de carbohidratos, proteínas, ácidos grasos, células sanas y, por consiguiente, un cuerpo equilibrado. Un organismo sano no tiene problemas de peso, puesto que antes todo sabe instintivamente lo que debe comer y en qué cantidades; y segundo, sabe hacer uso perfecto de la comida, metabolizándola correctamente y produciendo un óptimo nivel de energía.

¿Cómo distinguimos el sobrepeso de la obesidad?

Se produce sobrepeso cuando se ingieren más calorías (más alimento) de las que se gastan o queman (en las necesidades basales, actividad diaria, ejercicio…) La obesidad es un exceso de grasa corporal que se traduce en un aumento de peso, aunque no todo aumento de peso se debe a un exceso de grasa.

El principio fundamental del equilibrio entre ingesta de energía y gasto es:
Cambios en reservas energéticas (grasa) = ingesta energética – gasto energético (calorías)

Si el resultado es positivo, se ingieren más calorías de las que se gastan por lo que la grasa corporal acumulada será mayor y se producirá aumento de peso. Si es negativo ocurrirá lo contrario, pero lo más deseable es que el resultado sea 0, de manera que la tendencia sea la estabilidad en el peso.

Para distinguir cuándo se considera sobrepeso y cuándo existe obesidad tenemos el IMC. El IMC (Índice de Masa Corporal) es el parámetro orientativo más usado tanto en la práctica clínica como en investigación epidemiológica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), además de otras muchas organizaciones nacionales e internacionales lo utilizan para la clasificación de la obesidad.

Se calcula:
IMC = peso (kg) / altura2 (m2)

Valores de IMC entre 25 y 30 se relacionan con sobrepeso, mientras que valores por encima de 30 se relacionan con obesidad.

Por ejemplo:
Una mujer que mide 1,65 metros y pesa 65 kg le corresponde un IMC = 65 / (1,65)2 = 23,87

Según la clasificación de la OMS esta mujer tendría un peso normal.

Aunque el sobrepeso no es una enfermedad, si no se controla puede derivar en obesidad. Otro factor importante que se valora actualmente es la circunferencia de la cintura, pues la grasa abdominal acumulada es muy negativa para la salud.
Los valores según la SEEDO son:

Varones – Mujeres

Riesgo:
> 95 cm > 82 cm Elevado
> 102 cm > 90 cm Muy elevado