El estado de su piel comunica más de lo que cree. Antes de que sea ella la que revele a otros cuál es su edad, asegúrese de ofrecerle los cuidados necesarios.
Arrugas y manchas son visitantes impertinentes. Se aparecen sin invitación y, una vez instaladas, es difícil hacerlas ir. Cuello y escote son sus zonas favoritas para asentarse, pero no por obra del azar. Como los especialistas lo aseguran, esta es un área olvidada por los mimos de la mujer, que suele dedicar tiempo a la apariencia del rostro, pero en la barbilla da por concluidos los cuidados.
Se asegurán que son varios los factores que influyen en la aparición de estos signos. Los primeros están relacionados al poco tejido adiposo de la zona, así como a una menor cantidad de glándulas sebáceas y fibras colágenas, que hacen que la piel en esta parte específica sea fina y hasta frágil. Los segundos son aspectos relacionados con la edad, los genes y con factores como el estrés y la mala alimentación.
«Cuello y escote representan la base de sustentación de la cabeza y ahí reside la importancia de su cuidado, que debe realizarse conjuntamente con el que le prestamos al resto de la piel -el órgano mas grande del cuerpo humano-, especialmente a partir de los 23 años de edad», explica la experta.
Proteger el «tercer riñón»
Según el libro 100 consejos antiedad, la piel es por su función depurativa y de eliminación de sustancias que a la piel también se le conoce como al «tercer riñón», y esta es la razón por la que la limpieza es clave en su mantenimiento, no solo al iniciar el día sino también al culminarlo. ¿Se ha puesto a pensar en todo a lo que están expuestos cuellos y escote? Suciedad, polvo, grasa y células muertas son algunos de los agentes a los que se enfrentan a diario.
Si ha decidido que ahora es el momento para mejorar sus hábitos, lo primero que debe hacer es llevar su desmaquillante hasta las zonas antes mencionadas y, de manera posterior, aplicar alguna crema humectante. Cómo ejecutar este último paso es importante: «La aplicación de cremas, lociones u otras sustancias en el cuello debe siempre respetar la disposición fisiológica de las fibras cutáneas, de forma que el movimiento sea siempre hacia arriba y hacia afuera, en forma de V. Nunca hacia abajo», enfatiza Loyo.
Otras consideraciones pueden ser llevar hasta el cuello las cremas que se aplican en el rostro y continuar hasta el escote las que se usan con regularidad para las piernas o brazos. Eso sí, pasados los 35 años, lo mejor es consultar con algún especialista cuál es el tratamiento adecuado y específico para cada zona. Según se lee en el libro Maravillas de la estética, puede tratarse de productos con efectos puntuales como cremas tensoras o reafirmantes, sueros, mascarillas o exfoliantes.
Otras reglas de oro son el uso de protector solar, sobre todo en el escote, y la selección de sostenes de buena calidad y talla correcta, que ejerzan las funciones de soporte, contención y protección necesarias para su preservación-
Para deshabituarse
A veces no son las condiciones ambientales ni se trata de herencia, sino de malas costumbres que acarrean consecuencias negativas para la piel. Loyo explica para tomar conciencia:
El tabaquismo es un enemigo de la piel. Genera radicales libres que destruyen aceleradamente las fibras colágenas y -por haber una menor proporción de ellas en el cuello- el daño se hace evidente más rápido.
La exposición solar directa produce envejecimiento. Además propicia la aparición de la «piel de pollo» en la V del pecho, que luce más enrojecida que el resto -si se estira, pueden verse diminutos vasos sanguíneos en su superficie. Esta condición se conoce como poiquilodermia y es producto de la agresión de los rayos ultravioleta en la zona.
Otros hábitos dañinos incluyen mala postura, hablar durante largo rato con el teléfono colocado entre la oreja y el hombro, dormir con almohadas muy altas que obliguen al individuo a dormir con el mentón pegado al pecho y también dormir de lado (en posición fetal) siempre y durante toda la noche, pues determina la aparición de pliegues lineales en el escote.